«Solo quiero pizza». La Ingesta Selectiva

Irati Matas Tur

Irati Matas Tur

Nutricionista Col. IB00219. Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad. Nutricionista Deportiva y Triatleta. Colaboradora CEPC Madrid.

¿Te has encontrado en la situación de que tu hijo/a solo quiera comer ciertos alimentos y eviten o rechacen otros?. Generando de esta manera una alimentación monótona y limitada, llegando en mayor gravedad, a ingerir uno o dos tipos de alimentos, por ejemplo, comer repetitivamente carne con patatas, galletas y leche, pizza… y rechazar por norma el resto de los alimentos.

Este comportamiento se denomina trastorno evitativo restrictivo de la ingesta alimentaria o síndrome del comedor selectivo. Forma parte de los llamados trastornos de alimentación en la infancia, y generalmente el rechazo alimentario se da por el desagrado de determinadas texturas, formas, colores, tamaños y olores. Pero curiosamente, las personas que padecen este trastorno no rechazan los alimentos por su sabor.

Este síndrome puede manifestarse como rebelión entre el cuidador/a y el niño/a, a la vez, también puede ser el detonante de problemas relacionados con otros comportamientos como la ansiedad, evitación social, impulsividad, inadaptación al cambio, falta de atención…entre otros.  La población infantil y adolescente, sobre todo los niños/as es el colectivo que más sufre está conducta.

Para evitar el rechazo, y de manera preventiva a este tipo de trastorno alimentario, debemos intentar introducir de manera correcta y progresiva los alimentos en función de su evolución, es decir, de su tolerancia progresiva. Aprovecharemos pues la predisposición y el desconocimiento alimentario de sabores en el niño/a.

Una manera muy divertida, dinámica y que establece una correcta relación con la comida es el baby-led weaning es un método para introducir la alimentación complementaria que consiste en que el propio lactante a partir de los 6 meses de vida y en función de su desarrollo neurológico, se lleva a la boca alimentos enteros utilizando sus manos, en lugar de recibirlos triturados y con una cuchara. Al niño/a se le deja comer por si solo teniendo un papel activo y colaborando en el qué (tipo de alimento), cuánto y el ritmo en las comidas.

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