¿Qué es la Esquizofrenia?

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Infancia y Adolescencia

Es una palabra que todos hemos escuchado, pero muy pocos sabríamos explicar. Lo que sí sabemos es que forma parte de nuestra sociedad y que es una enfermedad mental compleja y grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Distorsión de la realidad, alucinaciones, paranoia, delirios, apatía, retraimiento social con patologías asociadas como trastornos del sueño, afectivos y de personalidad, crisis de ansiedad y propensión al consumo de drogas y alcohol.

Son los principales síntomas de la esquizofrenia, una enfermedad mental crónica que afecta ya a más de 600.000 personas en España. La esquizofrenia es un trastorno de larga evolución que afecta a todos los países, grupos socioeconómicos y culturas por igual. Puede ser grave e incapacitante, limitando la vida diaria de los pacientes. Las personas con esquizofrenia pueden parecer como si hubieran perdido el contacto con la realidad, lo que puede ser angustioso para ellas, sus familiares y amigos. Los síntomas de la esquizofrenia pueden dificultar la participación en las actividades cotidianas o habituales, pero existen tratamientos eficaces que ayudan a lograr su independencia y el poder disfrutar de las relaciones personales. Cuanta mayor es la integración en el entorno familiar, social y laboral, menor es el riesgo de recaídas que dificultan el control de la enfermedad y empeoran el pronóstico del paciente.

No existe una única causa para la enfermedad. Se cree que diferentes factores actúan conjuntamente y contribuyen al desarrollo. Las investigaciones sugieren que una combinación de factores genéticos, aspectos del entorno y las experiencias de vida de una persona pueden afectar al desarrollo de la esquizofrenia. Entre los factores ambientales se puede incluir vivir en la pobreza, entornos estresantes o peligrosos y exposición a problemas nutricionales antes del nacimiento. Los nuevos tratamientos están transformando no solo la percepción subjetiva del estado de salud de los pacientes sino su nivel de funcionalidad, lo que permite a los afectados y a las familias hacer proyectos de vida a medio y largo plazo, según la Sociedad Española de Psiquiatría.

La mayoría de las personas con esquizofrenia no son violentas. En general, estas personas tienen más probabilidad de que otros les hagan daño que las que no padecen la enfermedad. El riesgo de hacerse daño o de violencia hacia los demás es mayor cuando la enfermedad no se trata.

Aunque, a primera vista, algunos de los signos pueden parecer similares, la esquizofrenia no es un trastorno de identidad disociativo que antes se llamaba trastorno de personalidad múltiple o personalidad dividida. Las personas con trastorno de identidad disociativo tienen dos o más identidades distintas que están presentes y que se alternan para tomar el control de ellas.

Es importante reconocer los síntomas de la esquizofrenia y buscar ayuda lo antes posible. Por lo general, se diagnostica la esquizofrenia entre los 16 y los 30 años, después de un primer episodio de psicosis. Comenzar el tratamiento lo antes posible después de este primer episodio es un paso importante hacia la recuperación. Sin embargo, hay investigaciones que muestran que los cambios graduales en el pensamiento, el estado de ánimo y el funcionamiento social a menudo aparecen antes del primer episodio de psicosis.

La esquizofrenia no es frecuente en la infancia, pero también se da. Se trata de un trastorno mental grave en el que niños no son capaces de interpretar la realidad de forma normal. La enfermedad actúa de igual manera que en los pacientes adultos, produciendo alteraciones y daño cerebral. Este inicio precoz de la enfermedad va a afectar a los procesos cognitivos que se reflejarán en el comportamiento y las emociones. Si el daño ocurre a edades tempranas, cuando el cerebro se está formando, las consecuencias pueden ser peores para la vida del paciente. Los que padecen esquizofrenia presentan un coeficiente intelectual normal y su aparición es posterior a los cinco años.

Una vez más se aconseja que se consulte cuanto antes con los especialistas para poder diagnosticar lo antes posible e intentar remediar los daños que pudieran aparecer. Es grave, pero no intratable y los avances en el tratamiento son muy esperanzadores.

Otras publicaciones de tu interés