
Después de varias tormentas….que venga ya la calma!
Vamos a empezar el 2023 con los deseos de que este sea el año de la calma, de la reflexión, de luchar por aquello que
Desde la primera infancia, los niños experimentan miedos a lo largo de su desarrollo. Un ruido fuerte, un extraño, un perro, monstruos y fantasmas, la sangre o el dentista son sólo un ejemplo de ellos. Es importante, que tanto clínicos como padres, conozcamos los miedos que son normativos a una determinada edad para comprender aquellos que requieran de atención especializada.
Con los llamados miedos evolutivos es decir, normativos en el desarrollo, no debemos de realizar ninguna intervención ni tampoco preocuparnos, simplemente acompañar al niño-a/adolescente y observar cuál es su evolución. Estos miedos son normales, si no son muy intensos, específicos de la edad y transitorios. Sabemos que algunos son más frecuentes en determinadas edades y sobre ello tenemos bastante consenso, por ejemplo, de los 2 a los 4 años son normativos el miedo a los animales y a las tormentas, de los 4 a los 6 años aparece el miedo a la oscuridad/ brujas y fantasmas así como a la separación de los padres y de los 6 a los 9 años son normativos el miedo al daño físico, la muerte y a hacer el ridículo.
Solo requerirán atención especializada aquellos miedos evolutivos que aparezcan de forma muy intensa o aberrante y/o si la duración es más de la esperada para la edad.
Vamos a empezar el 2023 con los deseos de que este sea el año de la calma, de la reflexión, de luchar por aquello que
Los datos ponen los pelos de punta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1.000 millones de personas en el mundo viven