La nueva estrategia de Salud Mental de nuestro país

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Infancia y Adolescencia

Tras doce años de vivir en un limbo poco eficiente, a finales del año pasado se aprobó la nueva estrategia de la Salud Mental hasta 2026, una hoja de ruta con diferentes vertientes y metas para las personas con problemas de esta índole. Y con objetivos como… mejorar la autonomía de las personas afectadas, reducir el estigma que acarrean este tipo de enfermedades y limitar al máximo las intervenciones involuntarias.

Pongamos sobre la mesa algunos datos que más bien son escalofríos.

  • Más de un millón de personas tiene trastorno mental grave: entre el 2,5 y el 3 % de la población adulta.
  • El 25 % de la población tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida.
  • El trastorno mental supone la segunda causa de discapacidad más frecuente (19,6 por ciento).
  • Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el coste del trastorno mental rondaría el 8 % del PIB.

 

Y nos detenemos en lo suicidios. Las cifras no dan escalofríos, te surcan el alma. En 2020 en España se suicidaron 3.941 personas. Es el máximo histórico, según el Observatorio del Suicidio. Casi once de media al día, uno cada poco más de dos horas. El suicidio es la primera causa de muerte no natural.

El Gobierno intenta poner a la salud mental en el epicentro de las políticas públicas porque considera que sin salud mental no hay salud. Además, ha lamentado que la salud mental ha estado durante demasiado tiempo silenciada.

Carolina Darias, ha subrayado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha advertido de que, en 2030, los problemas de salud mental serán la primera causa de discapacidad en el mundo, a lo que hay que sumarle el impacto de la pandemia y su incidencia en patologías como la ansiedad o la depresión.

En este sentido, ha destacado que la mirada actual sobre la salud mental es «más compleja, integral y acertada», en comparación con la primera estrategia, implementada en 2006. «Este plan supone un paso decisivo que se desprende de la visión estratégica sobre la salud mental, con 10 líneas de acción desde un marco de derecho de la ciudadanía, integración social y lucha contra el estigma», destacando que esta estrategia se caracteriza por tener un enfoque de género.

 
Prevención y detección del suicidio.

En primer lugar, el plan pone el foco en la prevención, detección precoz y atención a las personas con conductas suicidas, mejorando las capacidades de los sanitarios en la detección del riesgo de suicidio y la coordinación entre los recursos y los niveles asistenciales.

Para ello, también se pone a disposición de la ciudadanía un teléfono de información 24 horas, gratuito y confidencial, de atención profesional y apoyo ante la conducta suicida, con capacidad de derivación rápida a los servicios de emergencia correspondientes ante una situación de crisis. Un teléfono que se hace esperar del que todavía, a día de hoy, solo se saben especulaciones. La última es que estará en funcionamiento en mayo y que podría ser externalizado. Habrá que seguir presionando. No podemos permitirnos esperar. Que mucha gente que intenta suicidarse, lo consigue, y mayo aún está lejos. Tiene que ser ya.

Por otro lado, también se pretende combatir los mitos para eliminar las creencias equivocadas en torno al suicidio, contar con testimonios en primera persona, sensibilizar a los medios de comunicación para el tratamiento de las noticias relacionadas con el suicidio, promoción de una red de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y otras instituciones o la implantación de protocolos de prevención en colegios, lugares de trabajo, entre otros.

Esta estrategia también promueve la mejora de la salud mental en la infancia y adolescencia, con recursos educativos que avancen en la prevención y la eliminación del estigma. Además, en este ámbito, se incorpora la especialidad de psiquiatría infantil y adolescente a la Formación Sanitaria Especializada.

También la actualización de la estrategia de salud mental recoge también una línea específica de apoyo e intervención familiar, así como un análisis de las consecuencias de la pandemia en la salud mental. De hecho, en ella se recoge el Plan de Acción en Salud Mental y COVID-19, que contará con un presupuesto de 100 millones de euros para los próximos 3 años.

Por otro lado, Darias ha querido subrayar el consenso que ha precedido la aprobación de este documento, destacando la participación tanto las CC.AA. como de sociedades científicas, de las asociaciones de pacientes y de familiares de estos. «Hemos aunado el consenso para saldar una deuda que teníamos pendiente con las personas con problemas de salud mental y sus familias», ha afirmado.

En concreto, ha precisado que, para la elaboración de la estrategia, se ha contado con un comité multidisciplinar «que ha permitido incorporar las miradas desde la Psiquiatría, la Psicología Clínica, la Enfermería, el Trabajo Social, los pacientes y sus familias». «También hemos contado con un comité institucional, representado por todas las CCAA, y con la participación de 25 entidades, incluyendo asociaciones, federaciones, agrupaciones, sociedades científicas y consultoras independientes», subrayó la ministra.

Por último, la ministra, ha hecho hincapié en la necesidad de tener «una sociedad que no discrimine, que facilite y que alivie la vida de quienes sufren ansiedad, depresión, u otros problemas de salud mental».

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