¡La autoestima siempre en la cima!

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Infancia y Adolescencia

Está claro que muchas influencers son muy guapas, atractivas y con buen cuerpo. Pero muchas más, son el producto de la adulteración. Hoy en día entre el maquillaje, las luces, la ropa y el Photoshop hasta la menos agraciada (según los cánones de belleza de las redes sociales) podría ser una imagen referente de esas a la que todas se rinden con un “like”. Pero cuando menos te lo esperas alguien rasca un poco y todo se desvanece hasta tal punto que tu querida influencer puede estar en frente tuya y no reconocerla. Y eso, solo si nos referimos al físico porque si pretendemos seguir a personas con valores, más allá de los estéticos, nos va a costar mucho porque la mayoría son lo que en el argot de las redes social se dice “un fake”.

No obstante, no nos aflijamos, y busquemos el norte. Ese halo de cordura que todos tenemos, aunque no sea a flor de piel, y encontraremos que ahí fuera hay personas de verdad que ríen, lloran, sueñan y viven una vida corriente pero que han entendido que, si comparten su realidad, por dura que sea, tiene su recompensa. Y esta suele ser una absolutamente generosa: ayudar a todos aquellos que quieran. Acompañar en el difícil viaje de la dificultad de los días a los y las que se sienten solas y ven como el horizonte se oscurece. Entonces personas como Croquetamente, Mara Jiménez, nos arropan y nos dicen que cada uno es como es y que lo especial siempre está detrás de tus narices. Que mires para dentro y siempre vas a encontrar que las pequeñas cosas que te rodean, tu familia y tu gente son las que te llenan de energía para encarar los chubascos ennegrecidos que a veces nos deparan en las esquinas.

Mara, una influencer de carne y hueso, nos aporta su realidad dura y maravillosa, como la de la mayoría de nosotros, aunque nos detengamos más en los prejuicios y los complejos que en lo reconfortante que es levantarse cada día y afrontar nuevas experiencias. Mara sabe lo que es convivir con un Trastorno de la Conducta Alimentaria y una baja Autoestima. Pero apostó por soltarse los grilletes de los complejos y dejarse seducir por el cariño de la imperfección. “Quería una red segura y libre de juicios en la que poder encontrar el apoyo necesario para aprender a valorar y apreciar nuestros cuerpos, más allá de su tamaño o forma. Nadie debería vivir sintiendo vergüenza o culpa por su cuerpo y esa es, desgraciadamente, la realidad para muchas personas”. Y siguiendo su filosofía fue elegida en 2021 como una de las 100 mejores influencers de España por la revista Forbes.

En Croquetamente hablamos sobre Gordofobia, Autoestima, Salud Mental, TCA… Con la única intención de crear un impacto positivo que nos ayude a vivir con mayor paz y menos odio. Creo firmemente que intentar ser mejor persona todos los días pasa por cuestionarnos y sabernos seres cambiantes, que pueden y deben aprender de cada error y circunstancia que se nos pone enfrente”.

La autoestima siempre en la cima. Fuera chascos. Apostemos por lo real. Por valores que nos descorchen lo mejor que tenemos. Muchos lo desconocemos. Y, no es de extrañar, a veces, nos pasamos entre 3 y 5 horas con San Smart Phone. Es nuestro canal hacia el éxtasis, pero también hacia las tinieblas.Y a veces, se nos olvida que la vida real está en nuestras experiencias, en nuestras relaciones y en el contacto con los otros. Apostemos por una vida menos digital y más tangible. Varios estudios han hallado relación entre una exposición excesiva a redes sociales y síntomas de depresión y ansiedad y que las adolescentes son el perfil más vulnerable ante los riesgos que conllevan.

Dejemos que lo irreal nos adelante por la autopsita de nuestros días. Creo que ser perfecto no es bueno ni deseable. ¿Por qué en realidad que es la perfección? Cada uno de nosotros somos únicos y eso es lo que nos hace especiales. Abrazar el perfeccionismo o la idea de él cuesta caro. El precio, muchas veces, son bajones y días oscuros. Y la presión a la que no sometemos es infinita y muy poco racional. Date permiso para desarrollar expectativas realistas y flexibles. Mantén tu propia perspectiva y céntrate en lo que te apasiona. Nos castigamos cuando fallamos, por eso es importante aprender que fallar es normal. Si empatizamos con el fracaso podemos aprender que siempre se aprende y nos permite ver los problemas con más perspectivas.

Quiero mimar mi michelín y ese grano que asoma en mi nariz. Porque son parte de mí, y todo tiene su encanto. Y sino, lo ves así date un respiro, y vuelve a la carga mañana. No dejes que la aceptación de otros sea lo que marque tu camino. Espejito espejito… no más pedestales.  

¡Soy como soy! Y ya está.

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