Rúdiger Muñoz Rodríguez

Rúdiger Muñoz Rodríguez

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Infancia y Adolescencia

Una película sobre el acoso a las adolescentes obesas y un canto a la diferencia. Afortunadamente vemos cada vez más cómo la sociedad aporta su granito de arena en la lucha para lograr una mejor salud mental. Y esto, se hace desde varios flancos, directos o indirectos. En este caso se hace a través de un filme que no deja indiferente a nadie.

El drama de Carlota Pereda, que se basa en el corto homónimo que ganó el Goya, se estrena en el festival de Sundance, en Estados Unidos, y entrelaza la gordofobia con los crímenes de un asesino de chicas. Sara es una adolescente con sobrepeso. Baja a la piscina fluvial de su pueblo extremeño durante el mediodía, cuando sabe que no se cruzará con nadie, a salvo de las burlas de otras chicas, del escarnio y la mofa por su cuerpo con que la acosan en cuanto pisa la calle. Una tarde, varias chicas que esperan hacerle una broma salvaje, la están esperando. Lo que no saben es que un desconocido con instintos asesinos se cruza en la vida de Sara. Así arrancaba Cerdita (2018), el corto con el que Carlota Pereda ganó el Goya en 2019, y más de 70 premios en multitud de festivales.

El pasado enero, en el festival de Sundance, se estrenó la versión película del corto.  En Cerdita, el largo, el espectador asiste a la construcción dramática del entorno de Sara: su familia, que regenta una carnicería en la que entran pocos clientes, los vecinos, las pandillas crueles de adolescentes… Pereda ha desarrollado una pulsión emocional, una atracción animal entre Sara y el asesino en serie. Es un psychokiller, que hace realidad los deseos de venganza de Sara, la protagonista (Laura Galán). “Una chica acosada por su sobrepeso que no es especialmente buena. Ella es, sencillamente, humana”. Comenta la directora, quien también sufrió bullying de pequeña. “Cambié de colegio en varias ocasiones. A veces fui acosada, otras me quedé impasible ante el acoso a otros por miedo y cobardía”, comenta Pereda. De estas experiencias surgió la historia para escribir Cerdita.

 El rodaje de Cerdita (pinchar para acceder al video)

Cuando estrenó el corto, Pereda ya descubrió que el acoso a las adolescentes se vivía igual por todo el mundo, que la gordofobia impera en todas las sociedades. “Al final, los sufrimientos como el bullying o la exclusión son universales”, aunque Sara ha sido expulsada de las relaciones sociales, no ha elegido ella misma la marginación. “Ocurre mucho en la adolescencia. Con los críos estas cosas no se notan; solo cuando se crece y se juntan juicios morales o sobre el físico con la necesidad de destacar estallan estos conflictos. Hoy en día se multiplican por culpa de las redes sociales”.

La gordofobia discrimina y menosprecia, consciente o inconscientemente, a las personas con peso por encima de lo que la sociedad estima como correcto. La gordofobia podría definirse como un sentimiento de repulsión hacia quienes sufren exceso de peso y se apartan de los patrones estéticos establecidos. Los expertos que han analizado el fenómeno señalan que la sociedad en la que vivimos enseña que lo valioso y saludable es lo ágil, lo rápido, lo dinámico. Por lo tanto, todo lo que se asocia a lento, pesado y voluminoso es percibido como inferior. Y esto explica el acoso social que sufren las personas con exceso de peso, que dinamitan el ideal de delgadez que estimula la sociedad contemporánea.

Cada vez más vemos como problemas relacionados con la salud mental saltan a la pantalla. Yo lo veo como un apoyo más en el difícil camino que tenemos para luchar día a día contra todo este tipo de estigmas. De esta forma creo que contribuiremos todos más a normalizar algo tan sencillo como que cada uno somos absolutamente diferente y que nadie sobra. Todos tenemos nuestro hueco en esta sociedad.

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