
Después de varias tormentas….que venga ya la calma!
Vamos a empezar el 2023 con los deseos de que este sea el año de la calma, de la reflexión, de luchar por aquello que
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Infancia y Adolescencia
Una de cada seis personas tiene entre 10 y 19 años en nuestro planeta, según la organización mundial de la salud. La adolescencia es una etapa única y formativa, pero los cambios físicos, emocionales y sociales que se producen en este periodo, incluida la exposición a la pobreza, los malos tratos o la violencia, pueden hacer que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental. Protegerlos de la adversidad, promover en ellos el aprendizaje socioemocional y el bienestar psicológico, y garantizar que puedan acceder a una atención profesionalizada en salud mental, son factores fundamentales para su bienestar durante esos años y los venideros.
Se calcula que en el mundo uno de cada siete adolescentes de entre 10 a 19 años padece algún trastorno mental, y supone alrededor del 13% de la carga mundial de morbilidad en ese grupo de edad. Estas enfermedades siguen en gran medida, sin recibir el reconocimiento y el tratamiento debidos, según un informe de la OMS publicado el pasado mes de noviembre.
Los adolescentes con trastornos mentales son particularmente vulnerables a sufrir exclusión social, discriminación, problemas de estigmatización (que afectan a la disposición a buscar ayuda), dificultades educativas, comportamientos de riesgo, mala salud física y violaciones de derechos humanos.
Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia nerviosas, suelen aparecer durante la adolescencia y la juventud. Este tipo de trastornos se presentan con comportamientos alimentarios anormales y preocupación por la comida y, en la mayoría de los casos, por el peso y la figura corporales. La anorexia nerviosa puede producir la muerte prematura, a menudo debido a complicaciones médicas o al suicidio, y tiene asociada una mortalidad superior a la de cualquier otro trastorno mental.
Las personas con trastornos de alimentación no eligieron tenerlos. Estos trastornos pueden afectar la salud física y mental de quien los padece y, en algunos casos, hasta pueden poner en peligro la vida. Sin embargo, con tratamiento, las personas pueden recuperarse por completo de estos trastornos.
Los trastornos de la alimentación pueden afectar a personas de cualquier edad, origen racial y étnico, peso corporal y género. Incluso las personas que parecen ser saludables, como los atletas, pueden tener estos trastornos y estar extremadamente enfermas. Las personas con trastornos de la alimentación pueden tener un bajo peso corporal, un peso normal o sobrepeso. En otras palabras, no se puede saber si alguien tiene un trastorno de la alimentación con solo mirarlo.
La causa exacta de los trastornos de la alimentación no se comprende completamente, pero las investigaciones sugieren que una combinación de factores genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales puede aumentar el riesgo de tener este tipo de trastorno.
Algunas adolescentes que han sido atendidas en mi consulta creen que los casi últimos dos años (desde el surgimiento de la pandemia) han supuesto un parón bastante importante y significativo en sus vidas. No han podido asistir a citas psicológicas o médicas, han tenido que estar encerradas durante mucho tiempo, y eso ha conllevado darle más vueltas a la cabeza, y cuando sufres una enfermedad de este tipo no es algo agradable ya que tu cabeza inconscientemente no para de pensar en lo mismo «la comida´´, afirma Raquel. También remarca lo duro que ha sido no poder relacionarse a diario con las personas físicamente, que es a lo que están acostumbrados a hacer.
Otra joven consultada Natalia, nos cuenta que disponía de más tiempo para comerse la cabeza y empeorar, suponía mucha desconfianza, agobio y sobre todo ansiedad por no tener el control de la situación. “Yo, personalmente empeoré de una manera descomunal me metí en la enfermedad y al tener tanto tiempo libre no podía salir de ella. Asistí a muchos cambios, sobre todo desorden, mal humor y me quedaba sin propósitos en el día a día”.
Muchas adolescentes además de ver el lado negativo han acogido con alegría, pero con prudencia, la realidad de ver que el tema de la salud mental ha salido del armario y la gente empieza a hablar sobre ella, con menos recelo y más respeto. Lo cual, creen que implica un pequeño avance en la lucha que todavía se presenta con falta de potentes motores impulsores hacia logar el bienestar general.” La lucha es larga y difícil pero no daremos nuestro brazo a torcer. “Tenemos que contagiar a la gente de nuestras ganas para que todos juntos nos convirtamos en una sociedad mejor, más sana, física y mentalmente”.
Vamos a empezar el 2023 con los deseos de que este sea el año de la calma, de la reflexión, de luchar por aquello que
Los datos ponen los pelos de punta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1.000 millones de personas en el mundo viven